Hace años que Ceuta y Melilla son puerta de Europa en el continente africano: la ruta del Mediterráneo occidental. Por ellas entra un importante flujo mixto de personas, principalmente subsaharianas y sirias. La importancia numérica de las entradas ha fluctuado con los años, como ha oscilado la atención mediáti- ca: exclusivamente centrada en las personas subsaharianas hasta 2014. El ele- mento icónico de esta frontera son las vallas, utilizadas fundamentalmente por personas subsaharianas.
El tratamiento mediático de las vallas y otras vías de acceso a Europa (Mediterráneo central y oriental) no era proporcional a la importancia numérica de los flujos, muy inferiores a los que acceden a Europa por el Mediterráneo central y oriental. Solo en agosto de 2015, la atención mediá- tica se desplazó a la población refugiada siria en el Mediterráneo oriental, de- jando la Frontera Sur española en la penumbra.
El SJM-España mantiene su atención sobre las fronteras de Ceuta y Melilla, y lo hace en colaboración con el JRS-Europa. Informes como Vidas en tránsito1 y No sé dónde ir2 explican con detalle las condiciones de vida de las personas subsaharianas en Argelia y en Marruecos. Vidas en la Frontera Sur3 y Por un Es- tado de Derecho… también en la Frontera Sur4 se centran en analizar la situa- ción en Nador y Melilla. Estos informes enfocaban la mirada especialmente en la población subsahariana, mientras que el que aquí comienza trata de hacerse cargo de la situación y problemática particular de las personas subsaharianas y sirias, vayan a solicitar protección internacional o no.